Calidad y adecuación del laboratorio clínico: una responsabilidad compartida



Calidad y adecuación del laboratorio clínico: una responsabilidad compartida


Si algo distingue la actividad del laboratorio clínico es que produce información. Por una parte un médico prescribe una prueba y por el otro el laboratorio proporciona el resultado. La confianza entre las partes es fundamental. Y un eje básico de esta confianza es la reputación de calidad de un laboratorio clínico.



Así pues hay dos cuestiones a tener en cuenta: hay que ofrecer información y ésta debe facilitarse con un nivel de calidad continuada. Una prueba elemental para confirmar la calidad de un laboratorio clínico es contrastar lo que hubiera sucedido en otro laboratorio con la misma muestra y determinación. Al replicarse la misma información, nos confirmaría que estamos en lo cierto. Este esfuerzo para evaluar la calidad desde una perspectiva comparada lo llevan haciendo los laboratorios clínicos desde hace años. Los programas de control de calidad promovidos por la Sociedad Española de Química Clínica son un ejemplo.


En el presente ejemplar de la Revista de Calidad Asistencial (RCA) se muestra un ejemplo más de lo que hablamos. Los autores muestran cómo, en la determinación de la glucosa plasmática en 5 laboratorios hospitalarios, no se observan diferencias significativas. La importancia de su resultado es doble. Por una parte, porque confirma la replicabilidad de los resultados, y por otra porque, al tratarse de una determinación que tiene importantes implicaciones diagnósticas, la existencia de variaciones introduciría incertidumbre en el diagnóstico de diabetes por el clínico. Como en cualquier estudio, existe una serie de limitaciones a tener en cuenta que los mismos autores reconocen, ya que los laboratorios conocían que se estaba realizando el estudio y podían modificar su comportamiento habitual.

También se sabe la existencia del sesgo de publicación, ya que otros estudios con resultados no tan favorables puede que no lleguen a publicarse. Pero no siempre es así. El entorno estadounidense ha producido numerosa bibliografìa sobre variaciones en los resultados entre laboratorios clínicos. Precisamente por ello surgió la necesidad de una ley que promoviera la calidad. El estudio de Stull y colaboradores en 1994, realizado en 17.058 laboratorios (un 10% de ellos hospitalarios e independientes, mientras que el 90% eran ambulatorios, de consulta médica y de otros centros) en referencia a la prueba de glucosa, mostraba cómo un 5% de los laboratorios de hospital e independientes facilitaba resultados inadecuados, aunque esta cifra llegaba al 15% cuando se trataba de otro tipo de laboratorio. Siguiendo los mismos criterios de la regulación estadounidense, los  laboratorios participantes en el estudio que se publica en este número de la RCA1 hubieran cumplido sobradamente, y sus resultados habrían sido adecuados.


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