Signos de alarma en el
hemograma y utilidad diagnóstica de la morfología sanguínea
El Laboratorio Clínico, en todas sus disciplinas,
tiene un papel fundamental en el diagnóstico de las enfermedades. El Laboratorio de Hematología contribuye al
diagnóstico de la mayoría de enfermedades hematológicas, e incluso no
hematológicas, mediante el estudio de la sangre periférica, fluido orgánico
fácilmente accesible, que constituye un eslabón analítico inicial. La sangre
periférica es el punto de partida para realizar el análisis citológico de las
tres series hematopoyéticas, así como para la aplicación de otros métodos más
complejos.
El
hemograma incluye la fórmula leucocitaria (recuento porcentual de las
diferentes subpoblaciones leucocitarias) y la determinación de otras magnitudes
celulares sanguíneas, tales como recuento de leucocitos, hematíes y plaquetas,
concentración de hemoglobina, hematocrito y volumen medio de los hematíes. Con
el desarrollo de los sofisticados autoanalizadores hematológicos, la
proporción de muestras sanguíneas que requiere de un recuento diferencial
manual es alrededor de un 15%.
Aunque
la solicitud de un examen citológico de sangre periférica suele obedecer a la
observación por el clínico de determinados signos en
el paciente, tales como palidez, ictericia, esplenomegalia, petequias,
adenopatías, lesiones cutáneas, dolor óseo, fiebre, sudoración nocturna,
pérdida de peso o hemorragias, también el facultativo del laboratorio tiene la responsabilidad de indicar la
realización de la evaluación morfológica sanguínea al reconocer en
el hemograma la presencia de determinados signos de alarma. Por este
motivo, es de gran importancia una buena práctica en la interpretación de la
hematimetría y de la morfología sanguínea.
En la
actualidad, además del análisis citológico de las células sanguíneas, se
dispone de otras metodologías, tales como la citometría de flujo o las técnicas
de biología molecular y citogenética, que son fundamentales para la
clasificación diagnóstica definitiva del paciente. Sin embargo, la aplicación
de los métodos mencionados tiene siempre como punto de partida la sangre
periférica. Por este motivo, el laboratorio tiene
un papel muy importante en la detección de los valores del hemograma que
constituyan un signo de alarma, así como en la correcta interpretación de las
alteraciones morfológicas de las tres series hematopoyéticas en sangre
periférica.
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